El Chocó Andino, como muchos otros territorios rurales de Ecuador y del mundo, se encuentra en una disyuntiva vital. Por un lado, se cierne la amenaza de la implantación forzada de un modelo extractivista que busca rentabilidad a corto plazo, que erosiona la naturaleza, la comunidad y la cultura campesina, que centraliza los recursos y que opera en esquemas propensos a la corrupción. Por otro lado, está la propuesta de los territorios, de las comunidades y de los gobiernos locales que confían en que una economía próspera y abundante puede coexistir y apoyarse en la naturaleza, no sólo conservando lo que ya tenemos sino trabajando en procesos para su restauración y regeneración.
En esta edición, la número 12 del Boletín de la MCA, mostramos varios actores, redes e iniciativas que vienen trabajando en el Chocó Andino y que van configurando un ecosistema de valor que va tejiendo poco a poco condiciones para facilitar el surgimiento de modos de vida regenerativos. En el Chocó Andino se pueden identificar al menos dos factores claves que confluyen para el emprendimiento regenerativo, en primer lugar, se debe reencontrar los vínculos con la naturaleza de la que somos parte, valorarla, sentir el privilegio de vivir en este territorio y entender que si nos acoplamos a los ciclos y procesos naturales seremos seguramente más abundantes a largo plazo. Por otra parte, se debe contar con herramientas accesibles y apropiadas que faciliten el camino de los emprendedores como redes de apoyo, acceso al conocimiento, apoyo técnico y financiero, entre otros.
Estos elementos han venido trabajándose con éxito desde hace varios años en el Chocó Andino, es por esto que durante el año 2020 se ha podido aplicar la metodología Factorías del Conocimiento que nos ha permitido impulsar aún más el emprendimiento regenerativo en el Chocó Andino, con énfasis en jóvenes y mujeres. Este boletín presenta también una sección de noticias de la MCA, donde podemos informarnos acerca de los últimos logros del proceso Mancomunado en temas de planificación, gestión de residuos sólidos y algunos procesos de articulación con el Distrito de Educación como elementos clave para seguir buscando el buen vivir en la ruralidad y el pleno acceso a derechos y servicios básicos.
Ronald Torres
Fundación Imaymana