Podríamos decir que hay dos tipos de personas: las que tienen un plan de vida y las que van a la deriva. Ya sabes que no hay viento favorable para quien no sabe dónde va. Tampoco podemos hacer que el viento sople en la dirección que queremos, pero sí trazar nuestro rumbo y manejar las velas para dirigirnos donde queremos.
No tener plan equivale a no vivir una vida autónoma, auténtica y con sentido. ¿Se puede vivir sin un plan? Sí, yo diría más bien que sobrevivir. Pero tú que aspiras a liderarte, dirigirte y gestionarte, tienes que elaborar un plan, tu plan. Y con ello no quiero decir que tomes un vuelo y realices un máster en Harvard, ni te pongas a estudiar planeación estratégica. En primer lugar, te invito a utilizar el sentido común y luego a poner en práctica las herramientas de este blog para hacerlo.
Premisas básicas que has de trabajar para construir tu plan: creer, querer, saber, hacer, medir.
- ¿En qué crees de verdad? A qué causa entregarías tu vida sin dudarlo, no valen medias tintas. Responde de manera inequívoca.
- ¿Quieres hacerlo? Tienes la decisión tomada.
- ¿Sabes hacerlo? Determina con precisión las cosas que debes aprender y hazlo.
- ¡Ahora hazlo! Desde el primer momento y sin excusas. Está permitido y premiado equivocarse.
- Mide como lo estás haciendo. Analiza los resultados, evalúa y mejora.
Prácticas básicas: imaginar, idear, visualizar, planear, actuar.
- Imagina cómo va a cambiar el mundo con la puesta en marcha de tu plan, el legado que dejarás.
- Idéalo y organiza bien ese sueño para que pueda ser entendido y compartido por tu gente.
- Dedica tiempo todos los días para visualizarlo como si ya hubiera ocurrido.
- Ponlo en orden, trocéalo y determina los momentos y los pasos bajo los que te irás conduciendo.
- Y lo más importante: actúa enérgicamente y sin dudar.
Con esto puedes empezar. Sin embargo, si quieres seguir creciendo podrás aprender con nosotros a trabajar los 9 Niveles de excelencia del liderazgo: dirección, relaciones internas, relaciones externas, trabajo, aprendizaje, renovación, emocionalidad, planificación y evaluación.
Ahora te preguntarás, qué herramientas y tecnologías sofisticadas son necesarias para desarrollar un plan potente, emprender, liderar, dirigir, gerenciar… Yo te respondo: aprender a conversar. Todos los grandes planes del mundo (subir a la Luna, construir las pirámides de Egipto, las guerras mundiales…); y los millones de planes que se están construyendo en este minuto (crear una empresa, fundar una organización, tomar una decisión vital…). Todos ellos se hacen conversando, y para ello tienes que aprender a hablar de manera efectiva entrenando con nosotros los 6 Dominios transversales (escuchar, declarar, afirmar, enjuiciar, pedir, prometer).
Definitivamente, para vivir en esta nueva civilización en la que hemos entrado, que algunos se empeñan en seguir llamando crisis, necesitas aprender a crear tu plan, ya sea de trabajo, profesión, empresa, organización, equipo …. En definitiva, de vida.
Lo que te estoy diciendo parece una cuestión muy elemental, lo lógico sería que cada persona lo llevara instalado de «serie» como los airbag en los coches, pero no es así, entre otras cosas porque no nos lo han enseñado en la escuela, en casa, ni en la calle; no forma parte de nuestra cultura.
Esto que rige para todas las facetas de la vida, es absolutamente imprescindible si quieres liderar, dirigir o gerenciar con éxito a otros. Pero Incluso en este campo vuelve a fallar el sentido común. Te voy a poner un ejemplo: mira al presidente de tu país y a los líderes de la oposición, todos se parecen en una cosa: ¡No tienen un plan! Increíble ¿No? Si el sentido común nos dice que esto lo deberían haber estudiado en el curso de Primero de presidente. ¡Ojo! Un plan para un país no es la elaboración atropellada de un listado de promesas para cuatro años, es tener una visión y un compromiso de acción para vivir juntos en torno a un proyecto común desde nuestras diferencias. Un líder de verdad no puede serlo sin un plan, aunque éste esté equivocado puede llegar a ser un buen líder siempre que aprenda a escuchar y tenga el valor de rectificar.
Si no tienes un plan, no es tarde, ponte a hacerlo. Tus seguidores, equipo, familia, trabajadores, colegas…. Te pueden perdonar incluso que tu plan esté equivocado, lo que tú no te puedes permitir es no tenerlo.
Recuerda que con el plan sólo no eres nadie, necesitas congregar a una comunidad de personas en torno a conversaciones efectivas. Lo más importante es que lo pongas en práctica. El peor plan del mundo es el que no se ejecuta, el error forma parte de la danza del juego hacia el éxito.
El plan debe estar declarado, debes hacerlo público y concernir a otras personas, en un discurso integrador y seductor …. hermano, amante, compatriota, colaborador, empleado…. Hoy he tenido un sueño, y te he visto en él, para ello te convoco a construir juntos una nueva sociedad (empresa, comunidad, equipo…)
El tiempo convulso que vivimos trae consigo cambios de poder en todos los ámbitos. Existen vacíos de poder esperando que los colonices con un buen plan ¿A qué esperas? Utiliza las herramientas que te proporcionamos y ¡hazlo!